Termostatos: Tipos y consejos para elegir el más adecuado.

Todos sabemos que tener un termostato en casa para ayudarnos a regular la calefacción es un imprescindible en cuanto a ahorro y eficiencia energética de nuestros hogares.

Las dudas aparecen a la hora de elegir qué termostato instalar. A la hora de ir a comprar un termostato nos encontramos ante una gran variedad de tipos y una gran gama de precios que a veces nos confunden o agobian.

Termostatos, cronotermostatos, analógicos, digitales, inalámbricos… Estas diferencias se deben a que también existe una amplia gama de hogares diferentes, cada uno con sus necesidades y costumbres. El mejor termostato para uno, no tiene por qué serlo para otro, si no que dependerá de las necesidades de cada cual.

¿Cómo funciona un termostato?

A modo de resumen podríamos decir que un termostato funciona como un termómetro con un sensor: cuando la habitación en la que está situado llega a la temperatura que hemos programado corta la calefacción; cuando la temperatura baja de nuevo, la conecta.

Esto nos permite mantener nuestra casa a una temperatura constante. Ahorrando calefacción en los momentos en que la temperatura es adecuada y el termostato la apaga automáticamente.

Entonces, si el mecanismo es tan sencillo ¿por qué hay tantas diferencias entre diferentes termostatos? A continuación, lo explicamos.

Factores a tener en cuenta a la hora de elegir un termostato

¿Qué uso damos al termostato?

Algunos de los factores que deberemos tener en cuenta a la hora comprar un termostato tienen que ver con la pregunta: ¿Qué uso vamos a darle?

Seguramente no tomaremos la misma decisión de compra si vamos a situarlo en nuestra residencia habitual, que en una casa del pueblo a la que solamente vamos de vez en cuando. O si vivimos en un lugar frío donde los inviernos son largos y el uso de la calefacción prolongado e intenso, o en un lugar más cálido donde por lo general encendemos poco la calefacción. Tampoco es lo mismo vivir en un ático o en un bajo que en un piso intermedio. Y, por supuesto, deberemos tener en cuenta las condiciones de aislamiento y eficiencia energética de la casa, a parte de la calefacción.

 

¿Cómo son nuestras costumbres?

Además de los factores ambientales y de las características de la casa en la que vivimos también deberemos observar y tener en cuenta nuestras propias costumbres y forma de vida para poder elegir el termostato que más se adecue a nuestras necesidades concretas.

Algunas preguntas de utilidad que podemos hacernos son: ¿tenemos unos horarios rutinarios? ¿la casa se queda vacía durante varias horas o siempre hay alguien? ¿viajo mucho por trabajo? ¿llego tarde por la noche?

También deberemos tener en cuenta otros factores personales como el nivel de uso tecnológico de las personas que viven en la casa, o el presupuesto que estemos dispuestos a invertir para mejorar el confort i el ahorro en calefacción.

Tipos de termostato

Ahora que ya hemos visto algunas consideraciones que tendremos en cuenta para poder valorar nuestras necesidades en la compra de un termostato, pasaremos a ver de manera simple los diferentes tipos de termostatos que encontraremos en el mercado.

Como veremos, cada cual cuenta con unas características propias. Teniendo en cuenta lo que hayamos respondido a las preguntas del apartado anterior sobre nuestras rutinas y las condiciones de nuestra casa, elegiremos el termostato que por sus características mejor se adapte a nuestras necesidades.

Termostatos analógicos

Este tipo es la versión más simple y sencilla de termostato. Se trata de la evolución de un termómetro normal y corriente, pero en este caso no sólo mide la temperatura, si no que enciende o apaga la calefacción cuando la estancia en la que está situado llega a una temperatura determinada.

En este tipo de termostato, seleccionaremos manualmente la temperatura a la que deseamos mantener la habitación. Igualmente, deberemos bajar manualmente la temperatura si salimos de casa por algunas horas, o durante la noche.

Estos termostatos cuentan con una tecnología bastante simple, por lo que también son los más fáciles de usar, y los más baratos. Como contrapartida, son menos exactos que otros tipos de termostato, sus funciones son más limitadas (por ejemplo, no podemos programarlos en base a nuestras rutinas diarias) y por lo tanto el ahorro que generan es también más reducido.

Termostatos digitales

Este tipo de aparatos cuentan con una tecnología más desarrollada que los anteriores. Por lo general aportan también una mayor precisión que los termostatos analógicos, y también una serie de funcionalidades extra que los convierten en los más apropiados para la mayoría de hogares.

Como contrapartida, podríamos señalar que tienen un uso algo más complejo que los termostatos analógicos, y también un precio algo más elevado. Aunque cabe reseñar que actualmente encontramos ya opciones muy económicas en el mercado, que compensan de sobra la diferencia de precio con las funcionalidades adicionales que nos aportan.

Termostatos programables

Muchos termostatos digitales son también programables. Esta funcionalidad nos permite aumentar a la par ahorro y confort.

Por un lado, podemos programar la calefacción para que se encienda unos minutos antes de levantarnos por la mañana, o de llegar del trabajo, de tal manera que tendremos siempre la confortable sensación de un hogar bien caldeado.

Por otro lado, podremos programar la temperatura de nuestra casa para bajar en los intervalos en los que la casa está vacía (por ejemplo, cuando estamos trabajando), o en los que estamos durmiendo y no necesitamos una temperatura de confort tan elevada. De esta forma podremos ahorrar un alto porcentaje en nuestra factura de la calefacción.

Dentro de los termostatos programables podemos encontrar diferentes opciones: algunos permiten programar dos franjas horarias (diurna y nocturna), mientras que con otros podremos realizar una programación más exacta, e incluso diferenciada según cada día de la semana, adaptándola como un guante a las rutinas de cada familia.

Este tipo de termostatos nos permite pues conseguir un gran confort en casa, a la par que ahorramos. Además, nos proporciona la comodidad de no tener que acordarnos de encender y apagar la calefacción cuando salimos de casa, puesto que lo hace automáticamente en base a nuestros horarios.

Termostatos inteligentes

A parte de los tipos de termostato que hemos mencionado más arriba, cada vez más encontramos en el mercado nuevas opciones que incorporan funcionalidades domóticas más completas. Hablamos de los termostatos inteligentes que incorporan wifi para poder ser controlados remotamente a través del dispositivo móvil del propietario.

En este tipo de dispositivos, la calefacción puede encenderse y apagarse remotamente a través de una App instalada en el teléfono móvil, de manera que obtenemos todavía más flexibilidad a la hora de ajustar el encendido y apagado de la calefacción a nuestros horarios. Asegurando, además, un mayor confort.

Hoy por hoy, sin embargo, estos dispositivos siguen contando con algunas desventajas en su contra. En primer lugar, como es obvio, se necesita de un manejo tecnológico más alto que en los modelos más simples para utilizarlos correctamente. Además, cuentan con una instalación más compleja. Sin olvidarnos, de que la gama de precios que encontraremos en estos dispositivos será más elevada que en los anteriores.

 ¿Cómo usar nuestro termostato?

Ahora que seguramente ya te hayas hecho una idea aproximada de qué tipo de termostato puede ajustarse mejor a tus necesidades, es el momento de ver algunas cuestiones que debemos tener en cuenta para poder amortizarlo correctamente y obtener el ahorro y el confort que esperamos.

Debemos tener en cuenta que la temperatura que suele considerarse de confort para una vivienda se sitúa aproximadamente entre los 19ºC y los 23ºC. Dentro de este rango, cada familia encontrará la temperatura en la que se siente más a gusto.

Deberemos tener en cuenta igualmente, que cada grado que queramos subir, encarecerá nuestra factura de la calefacción. Por lo que será importante combinar el uso de la calefacción con otros métodos de aislamiento de la vivienda, y con una vestimenta apropiada.

Otro dato que resulta importante conocer es la temperatura a la que se queda nuestra casa con la calefacción apagada. Para maximizar el ahorro, entre esta temperatura, y nuestra temperatura de confort a la que programaremos nuestro termostato, no debería haber una variación de más de 5ºC. En caso contrario, estaremos forzando el uso de la calefacción, encareciendo considerablemente nuestra factura.

Si la temperatura a la que se queda la casa en frío es demasiado baja, nuestro consejo es que no apaguéis la calefacción durante las horas en las que la casa esté vacía. En su lugar, será preferible bajar la temperatura del termostato para evitar el gran consumo de energía que se produce cuando la diferencia térmica es mayor.

Instalación

Finalmente, y si te venía preocupando la instalación de tu termostato, tenemos que decirte que puedes estar tranquilo: se trata de aparatos con una instalación sencilla.

La mayoría de estos dispositivos se conectan a la caldera mediante cable y cuentan con pilas para su funcionamiento. Si no eres un manitas, es recomendable que esta instalación la realice un profesional, para evitar daños en la caldera.

El lugar más adecuado para colocar el termostato serán las habitaciones más transitadas de la casa. Deberemos buscar un lugar alejado de alguna fuente de calor (radiadores, fogones…) que pueda alterar las mediciones y a una altura de al menos 1,5m del suelo.

Y… ¡listo! Hasta aquí todo lo que necesitas saber para tomar la mejor decisión acerca de tu termostato.

Si necesitas un consejo más personalizado, resolver dudas, o pedir presupuesto para instalar tu termostato, puedes contactar con nosotros por cualquiera de nuestros canales. O venir a visitarnos a la tienda ¡que siempre nos encanta!

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